Posted On February 19, 2020 By In Kids And 830 Views

LAS LLAVES PERDIDAS DE LA CIUDAD

Había una vez dos hermanos que les gustaba imaginar que eran policías y siempre andaban en busca de una misión.

Juan Esteban y Emanuel, los hermanos Támara, recibieron una carta de la alcaldesa de Bogotá, que les contaba que se habían perdido las llaves de la ciudad y necesitaba ayuda para encontrarlas.

Lo primero que debemos hacer es reunirnos con la alcaldesa dijo Juan Esteban. ¡si! Y así sabremos cuando fue la última vez que las vieron, dijo Emanuel.

Después de hablar con la alcaldesa las únicas pistas que tenían eran migajas de galletas y huellas de botas que se dirigían a la chimenea.

Como Emanuel era el más pequeño podía seguir las huellas por la chimenea, mientras Juan Esteban le alumbraba la chimenea con una linterna.

Solo veo una etiqueta, dijo Emanuel, léela le indico Juan Esteban “hecho en el POLO NORTE” exclamo Emanuel.

¡No puede ser el ladrón es Santa Claus!

Los hermanos Támara comenzaron un largo viaje hacia el polo norte…

Luego de tantos días y horas por fin llegaron al polo norte y enseguida se fueron a buscar el taller de Santa.

El polo norte era muy frio y lleno de luces de colores, sus habitantes eran felices y muy amables.

Cuando salieron de su asombro recordaron que estaban en una misión y empezaron a indagar a las personas cómo llegar al taller de Santa. Todos coincidían que cuando vieran a los Elfos los siguieran.

Luego de muchas horas encontraron un grupo de Elfos que se dirigían al taller de Santa. Así que los siguieron sigilosamente.

Cuando llegaron vieron a Santa esperándolos en la puerta.

¡Quedas arrestado! Por llevarte las llaves de la ciudad, exclamaron los hermanos Támara.

Ho, Ho, Ho, dijo Santa, todo es un terrible error, se los explicare: Al llevar los regalos al palacio de Liévano confundí las llaves de mi taller con las de su ciudad y cuando me di cuenta de la equivocación vi que ustedes ya venían en camino. Así que pasen y les doy un chocolate caliente y un tour por mi taller.

Los hermanos Támara creyeron en la excusa de Santa y aceptaron su invitación. Luego de todo ese tiempo estando con Santa ya era tiempo de ir a la casa, porque ya era muy tarde, Santa les dio las llaves de la ciudad a los hermanos Támara y les presto el trineo .Gracias Santa dijeron los hermanos Támara, luego de llegar al palacio de Liévano, los hermanos Támara le dijeron todo lo que hicieron con Santa y luego le entregaron las llaves a la alcaldesa. Loa hermanos Támara les dijeron a los que quisieran conocer a Bogotá que lo hagan con respeto y cariño.

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