Lady Masacre, publicada en 2013 por Mario Mendoza, es una novela desordenada, entrópica que muestra un caos, un descenso a los infiernos, en palabras del autor: “un descenso a los lugares plutonianos de las megalópolis tercermundistas”, en este caso Bogotá, una metrópoli inmersa en la mitad de América Latina que se encuentra convulsa y es el reflejo de una Colombia atravesada por diferentes fuerzas como la violencia política, violencia transpolítica, pero al fin y al cabo violencia invisible y soterradas que hacen parte del día a día. A través de esas realidades, la obra muestra al protagonista como un personaje que no encaja en las normas tradicionales de la sociedad y ciertas reglas de conducta: Frank Molina: “Yo, Frank Molina, el cronista de judiciales que había ganado varios premios de periodismo, acaba de morir y el cadáver ya empezaba a pudrirse” (Mendoza,2013.Pg 9), del mismo modo, se cuenta varias historias que se entrecruzan en medio de la investigación que lleva acabo por el asesinado del político Ignacio Pombo. El texto grosso modo es un caleidoscopio de la ciudad, de los personajes y la variedad de las acciones: El amor, la locura, la política, lo transexual, la denuncia y otras fuerzas obsesivas que se encuentran visibles en el relato están a expuestos sin ningún reparo.
A lo largo de la obra de Mario Mendoza se pueden apreciar varios recursos literarios que hacen de ella, algo, no sólo llamativo, sino original, por la singularidad en que este autor re-crea en su escritura la cotidianidad que nos circunda. Entonces, para esos los lectores inquietos se pueden encontrar con SONY Página 2 una propuesta diferente, ya que este texto pareciese una línea de fuga1 del prototipo de literatura que en un momento dado, se viene produciendo en nuestro país. – Con lo anteriormente dicho, no se pretende entrar en el debate, sí la obra de Mendoza es mejor o peor que la literatura colombiana anterior a la suya, sino lo que se quiere exponer, es el interés que tiene este autor en mostrar otra realidad que nos es tan propia, y tan lejana, a la vez, a nosotros los colombianos-. Entonces Lady Masacre es una propuesta política que visibiliza a los otros, a los que aún están marginados socialmente, a las minorías, y al final del texto cabe detenerse para entender por qué Leer es Resistir:
Me digo: No sé quién soy. Y la frase apunta no a una queja, sino a un dolor, a una punzada cruel, a una herida que he tenido que cargar en silencio. Para los otros un nombre y un apellido son el comienzo de lo real, la constancia de una exactitud. Para mí son una trampa una información falsa, una bifurcación que conduce a un callejón sin salida. Yo sé bien que la identidad es un cortocircuito, una suspensión de 1 El concepto línea de fuga es un término propio de la filosofía de Gilles Deleuze. En el texto de Diálogos con Claire Parnet, Deleuze dice que la línea de fuga no debe ser entendida como un escape, sino energía, una interrupción en la batería que alimenta el mecanismo, una parálisis en la que todas las operaciones se suspenden hasta nueva orden. Que los otros continúen estampando sus nombres en puertas o cartulinas, Yo no. Yo permaneceré sus pendido en el sombro, capturado por una inestabilidad mutante, preso de este vértigo dolorosos en el que ser yo mismo me paraliza y me acongoja.
Me digo: No sé quién soy. Y la máquina mutante que dice yo no se refiere a ningún sujeto. Es una formalidad del lenguaje nada más. ¿Cómo se llama, entonces, ese nuevo pronombre, ese < yo >> vacío, hueco, sin nadie detrás? ¿Habrá legado el tiempo de los pronombres vacíos, sin individuos, sin seres que los habiten?¿Habrá llegado el tiempo de un lenguaje que cuando dice yo, tú, nosotros, ellos, en realidad está nombrando otredades, grietas y aberturas? (Págs 153-154).
MENDOZA, Mario. 2013. Lady Masacre. Planeta. Bogotá.